PAX!
Renovando nuestra fe en Cristo Resucitado, en quien depositamos nuestra certeza y esperanza, anunciamos conmovidas y con gratitud que el 06 de abril del 2024, a las 14hs, en el Hospital UNICAMP de Campinas (São Paulo) BRASIL, el Esposo celeste la recibió en sus brazos a la:
HNA. MARIA AUGUSTA DE CARVALHO
Provincia de la Divina Providencia
con 71 años de edad y 48 de Profesión Religiosa
Hna. María Augusta nació en Campo do Meio (Minas Gerais) Brasil el 09 de marzo de 1953.
María Augusta conoció a las Hermanas Benedictinas de la Divina Providencia en la ciudad de Campos Gerais (Minas Gerais). Después de trabajar durante un año y medio en el hospital de Campos Gerais (Minas Gerais), decidió consagrarse al Señor. Envió su pedido a la Hna. Afonsina Romão, entonces Delegada de la Superiora General en Brasil, y fue aceptada. Ingresó a la Congregación el 10 de febrero de 1972, en el Instituto São Pio X, em Osasco (São Paulo). Fue recibida por la Hna. Fátima Brina, Superiora local. En ese período la Madre General era la Hna. Carla Borasi.
Ingresó al Noviciado en 1974, en Osasco (São Paulo), siendo sea Maestra la Hna. Eurosia Gritti.
Su Primera Profesión Religiosa aconteció en la Capilla del Instituto São Pio X, em Osasco (São Paulo) el 25 de enero de 1976, en las manos de la Hna. Clara Venturini, entonces Superiora provincial.
Desde el inicio de su consagración, su Maestra, la Hna. Eursosia Gritti, definió a María Augusta como persona de espíritu de oración con un fuerte deseo de entregarse a Dios y a los hermanos.
De hecho, en 1986 escribió a la entonces Superiora provincial, Hna. Analuísa Venturini:
“La vocación es una llamada divina que exige de la persona humana una respuesta generosa en favor de la misión. Estuve rezando y reflexionando, siento que persiste dentro de mí el deseo de tener una experiencia en África. Soy muy consciente de las exigencias y por eso no quiero engañarme. Sería muy feliz si tuviera esta oportunidad de ayudar a aliviar el sufrimiento y promover a mis hermanos más necesitados. […] tal vez no sea la mejor persona, pero si es posible y si la Congregación me necesita, estoy disponible”.
Y sucedió que en 1990 fue enviada a la misión de Guinea Bissau, primero como enfermera en el hospital de Tite y luego en la Evangelización en Catió. Cuando la Congregación amplió sus tiendas para abrir la misión en Kenia en 1996, volvió a estar disponible. Antes de emprender el nuevo proyecto, asistió al Curso de Misionología e inglés en Roma. Todo fue muy bien encaminado por el gobierno general, junto con la Hna. Carmelita da Silva, inició el trabajo de evangelización y acogida en Kakamega.
Fueron años de intensa entrega y de grandes desafíos. La alegría de experimentar algo nuevo la hacía no temer nada. Decía:
Nos estamos adaptando muy bien. En todas partes hay chicas que quieren ser hermanas, sin embargo, entendemos que hay que tener mucha precaución… el único problema son los idiomas, pero intentamos hacer las traducciones.
Sintió la amistad del pueblo africano y afrontó con esperanza también los desafíos de la malaria.
Desde la evangelización hasta la asistencia a los niños pobres, la misionera Hna. Augusta dedicó su vida a cuidar la salud del cuerpo y del espíritu de sus destinatarios, dejando huellas en el corazón de muchos, especialmente en los niños acogidos y amados.
En el 2008, regresando al Brasil, continuó su misión en varias comunidades de Campos Gerais (Minas Gerais), Manaus e Borba (Amazonas), Vinhedo (São Paulo), Contagem (Minas Gerais), Imperatriz (Maranhão) y también se puso a disposición, una vez más, para regresar a África en Guiné Bissau en el 2022.
Lamentablemente, sus complicaciones de salud la debilitaban y últimamente fue trasladada al Hospital de Clínicas de la UNICAMP de Campinas (São Paulo), cuando en la tarde del 6 de abril, a las 14hs, Jesús, el Misionero por excelencia, fue a abrazar a su misionera y la llevó con él.
Gratitud ala Hna. María Augusta por todo lo realizado en nuestra Congregación, por su coraje y testimonio, asumiendo también con compromiso el cuidado de su padre, donde ella misma consideró un tiempo para dejarse moldear por el Dios de la vida.
La Hna. María Augusta combatió el buen combate y luchó hasta el final. Ahora, en Dios, en la octava de Pascua, fue a vivir para siempre, la Vida Nueva con Cristo Resucitado. La Hna. Agenora Thomasi, afirma:
¡Edificante su trayectoria! En nombre de la Congregación ofreció lo mejor que tenía para ser fiel a su vocación al servicio de las Misiones en el extranjero. ¡Es admirable tu dedicación y coraje! Aunque el mundo no te ofrezca laureles, los recibirás en la eternidad.
Nuestro eterno agradecimiento a nuestra Hermana que partió llevando en su corazón la esperanza de la misión ad gentes. Ahora disfruta de tu feliz encuentro con Cristo.
Cada Hermana que se va toma un poco de nosotras y deja un poco de sí misma. Que interceda por nosotras ante el grupo de nuestras queridas Hermanas del Cielo.
Los funerales se celebrarán, en este domingo, Fiesta de la Misericordia, 7 de abril de 2024, a las 10:30hs, en la Capilla del Residencial Divina Providencia en Vinhedo y el entierro, a las 14hs, en el Cementerio de las Acácias de Valinhos (São Paulo).
En comunión de oración, unidas con todas las Hermanas de la Provincia, de la Divina Providencia, familiares, hermanos, sobrinos, pueblo africano, Oblatos y amigos, encomendemos a esta Hermana nuestra, en los brazos de Jesús Resucitado. Que reciba la recompensa de los justos y que la luz perpetua la ilumine.
“La vocación es un misterio que la Persona acoge y vive, en lo más íntimo de su ser.” (Papa Juan Pablo II)
(del recuerdo de su Profesión Perpetua)
¡REPOSE EN LA PAZ DEL SEÑOR!
Hna. Maria das Dores Paz – Secretaria general