Celebrando la fiesta de los Santos abuelos San Juaquim y Santa Ana, las Hermanas Janaina Clara Nazário y Ana Maria Gomes da Costa nos motivaron a rezar por una larga vida, recordando a nuestros abuelos y a nuestras Hermanas ancianas que en el pasado y en el presente fueron y son testigos de amor y entrega a Dios. Después del Oficio Divino tuvimos la Santa Misa, que fue celebrada nuevamente por el padre Gabriel Manarim Dalmolin. Durante la celebración, el sacerdote dijo que la felicidad consiste en ver y oír al Señor. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que el deseo de buscarlo y alcanzar la verdad es alcanzar la felicidad.
Nosotros, discípulos de Jesucristo, buscamos la felicidad y la plenitud. Una vocación es un signo de felicidad. Dios puso en nuestros corazones el deseo de ser felices. La señal de que una persona no está en su vocación es cuando no es feliz.
El Papa Francisco habla mucho de la importancia del discernimiento. Escuchar la Palabra y discernir: somos felices porque podemos escuchar la Palabra y discernir. El Capítulo General es un lugar de esperanza. En vísperas del Jubileo de la Esperanza, tenemos la gracia de mirar con esperanza a nuestro Instituto.
Hoy, Día de los Abuelos, podemos recordar a nuestras Hermanas ancianas, que son un signo de esperanza. La esperanza es atemporal, es parte del pasado, del presente y del futuro. Si tenemos desafíos, tenemos oportunidades. No podemos acomodarnos a nosotros mismos. Que este Capítulo sea un tiempo de esperanza.
Por la tarde, las Hermanas responsables de la liturgia interpretaron la fábula de la Estrella Verde. Con la dramatización nos dejaron el mensaje de que la Estrella Verde permanece entre nosotros, que es la estrella de la esperanza. La oración finalizó con la presentación de una estrella verde a cada capitular, donde escribimos el nombre de una Hermana que nos ayudó o ayuda en nuestro camino.
Los trabajos capitulares comenzaron con la lectura y aprobación del Acta del día anterior, leída por la Hna. Maria das Dores Paz, que fue aprobada por unanimidad. Después del almuerzo, la tercera comisión presentó el tema: Cuidado Profético para la Vida – Institución. La Hna. María José Barbosa dos Santos tomó la palabra y presentó a su Equipo. A continuación, la Hna. Denise Mezacasa leyó el Evangelio de Juan 6, 5-13, sobre la multiplicación del pan. La Hna. Ana María nos preguntó: “¿Qué hambre tiene el mundo?” Cada una de los capitulares, en un clima de oración, compartió las hambres que identifica en el mundo, resumidas en: paz, fraternidad, Dios, igualdad, comunión. De la misma manera nos preguntó sobre qué hambres tiene nuestra Congregación, y al compartir las respuestas surgieron palabras como: coherencia, acogida en la fraternidad, esperanza, unidad, disponibilidad, entre otras.
Como dinámica que retrata el compartir del pan en la realidad de la vida fraterna, recibimos un pancito compartido entre los capitulares. Continuando con la presentación de la Comisión, la Hna. María José sacó a la luz el aspecto del Cuidado Profético por la Vida realizado de manera ejemplar por nuestras fundadoras María y Giustina Schiapparoli.
La Comisión trabajó dividida en subgrupos. El primero estuvo compuesto por las Hermanas Sonia Mabel Medina Arguello, Fabiana Seabra Santana y Mariella Vaccaro, quienes trabajaron en el primer subtema: SAV en los países de misión: Desafíos y Posibilidades. Las Hermanas nos invitaron a reflexionar sobre qué podemos hacer para encontrar nuevas formas de despertar nuevas vocaciones con el Carisma de la Congregación. Surgieron varias propuestas para ayudarnos a encontrar nuevas vocaciones. Se destacaron algunos aspectos: la Delegación “Holy Spirit” y la misión en Guinea-Bissau avanzan con las Hermanas nativas, fortaleciendo las comunidades donde emergen nuevas vocaciones.
La Hermanas Narcisa María Pasetto, Denise Mezacasa y Ana María presentaron el Segundo subtema: Acción de los Laicos con el Carisma. Destacaron la presencia de los laicos en la historia de la Congregación. La Hna. Narcisa, muy emocionada, habló de la vida y ejemplos de algunas mujeres laicas que vivieron en las comunidades y verdaderamente experimentaron el Carisma de la Congregación, compartiendo con las Hermanas la misión local, desde los tiempos de las Fundadoras. A continuación, la Hna. Denise nos trajo una retrospectiva de nuestros últimos Capítulos, que ya hablaba de los laicos que participan en la vida de las Hermanas como Oblatos, Miembros de la Familia Espiritual Benedictina, así como de las personas que colaboran con nosotras en nuestras obras, ya sean funcionarios o voluntarios. La Hna. Ana María continuó contándonos cómo se organizan los Oblatos, los Miembros de la Familia Espiritual Benedictina y otros laicos en cada una de las tres Provincias. El equipo dejó claro que la presencia de los laicos es un regalo que Dios ofrece a nuestra familia religiosa.
Las Hermanas María José Barbosa dos Santos, Eliene da Conceição Lima, Margareth Nanjala Mang’oli y Angela Andries presentaron el tercer y último subtema: Mantenimiento financiero de las obras, con una canción, que además de reflexionar sobre su letra, también tuvimos un momento de descanso.
El equipo trajo algunos principios para la reflexión, que son: necesidades de los atendidos; comunión entre Provincia, Instituto e Iglesia; y coherencia de vida. Ante estos principios, el Equipo destacó que es urgente considerar nuestra economía en fidelidad a nuestro Carisma.
Después de una larga jornada de trabajo y muchas reflexiones, fortaleciendo la fraternidad, concluimos nuestra jornada con un momento especial de alegría y amistad, compartiendo las diferentes culturas de las que proceden las capitulares. Hubo danzas, comida típica y mucha alegría.
Nova Veneza / Brasil, 26 de julio de 2024.
Equipo de Comunicaciones